Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oh querido San José, mi bendito escolta y único guardián, el más juicioso y bondadoso hombre con un corazón tan noble y un alma armónica y gloriosa llena de afecto. Acudo a ti en mi agobio para pedir tu auxilio. Pon tus amorosas manos en mí crítico problema laboral y solicita al Dios creador que con su bondad inagotable esparza su Espíritu Santo sobre mí y que por su majestuosa disposición me salve y dé solución a tan desesperada situación.
San José, jefe y dirigente de la Sagrada Familia, el más confiado y obediente hacia la voluntad de Dios, con una fidelidad intachable como esposo y el más honorario padre adoptivo, que con el sudor y rasguños de tus manos diste alimento a tu familia, por el profundo amor que guardaste al Divino Niño y a la Virgen María, te imploro para que utilices tu poder intercesor y estés presente en mis complicados problemas y me liberes de esta desesperación que me agobia. Pide por mí para que las puertas me sean abiertas y consiga urgentemente el empleo o negocio propio para que me dé sustento y me ayude a salir de tan grave complicación. Un empleo digno, honorable, estable y bien pagado con el que sea capaz de hacerme cargo de los gastos de mi familia, un trabajo en el que emplee mis habilidades, que me ayude a explorar y experimentar, para aumentar mi desarrollo como ser humano y me permita seguir teniendo una relación con mi Dios todopoderoso.
Tú, que lo inalcanzable lo pones al alcance de nosotros. Tú, que sabes de mis requerimientos corporales, espirituales y materiales, auxíliame para que seas tú quien me ayude a salir de estos malos ratos. De tu despensa de medidas para los problemas, dame un poco de aquello que necesito para resolver todo lo que acongoja a mi familia. Haz que prontamente mis motivaciones y esfuerzos por querer seguir adelante se vean premiados con un trabajo que tenga la capacidad de traerme riquezas abundantes y prosperidad continua.
Oh, mi querido San José, no me defraudes. Comunícate con Dios para que logre conseguir lo que con sencillez y con mucha fe de todo corazón pido:
(Pida con fervor y confianza lo que desea obtener)
San José, alabado y querido pastor mío. Tú que eres quien reparte las dichas del Rey de Reyes, déjame aprender de ti a amar, adorar, alabar y ser fiel servidor de nuestro Dios creador, hijo Salvador y Espíritu Santo glorificador e intercesor de la Santísima madre Virgen María, así como tú, con tu devota entrega, lograste hacerlo. Protégeme, resguárdame, ayúdame, cuídame y haz descender de los Cielos lo que tan urgentemente necesito. Dame fuerza ante tanta hambruna y decadencia; dame cuidado y silencio para salir exitoso de las desesperanzas y complicaciones de mi vida; y antes que nada, bríndame tu infinita seguridad con la finalidad de que, motivado por ti y dispuesto a seguir tus pasos, sea capaz de vivir armónicamente y en caridad con las demás personas, para así lograr alcanzar la perpetua alegría que sólo la patria celestial sabe dar. Por Jesús, mi Señor y Salvador. Amén.
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
(Rezar toda la oración tres días consecutivos)